“No sabremos adecuadamente que debemos hacer y padecer,
mientras no sepamos qué somos”.
Sócrates
Por lo general, las áreas de desarrollo personal y social en la educación se dejan en segundo plano, pero actualmente lo socioemocional funge un papel relevante en este ámbito. Se sabe que una persona con niveles emocionales desequilibrados presenta un reto mayor al resto en el proceso de adquisición de su aprendizaje. Por esta razón se han realizado distintas investigaciones y se invita a los docentes a actualizarse en este tema de relevancia social.
Las emociones son complicadas desde el instante en el que son representadas por causas distintas y a la vez similares por las personas; es decir, lo que a uno le puede causar enfado a otro le puede provocar gracia. Por otra parte, hay que considerar que además de las causas, las maneras de expresar las emociones también pueden variar.
Sin más preámbulo, se destaca que “los tiempos actuales demandan enfocar la educación desde una visión humanista, que se coloque en el centro del esfuerzo formativo, tanto a las personas como a las relaciones humanas y al medio en el que habitamos” (Secretaria de Educación Pública, 2017, p. 303).
Para lograr una educación transformadora, que realmente impacte favorablemente en un futuro sostenible de la humanidad, se necesita la integración de aspectos cognitivos y emocionales en la enseñanza. Como se señala en el esquema antropológico de Platón, la sabiduría (razón), la fortaleza (valor) y la templanza (voluntad) se entrelazan y logran dirigir el desenvolvimiento formativo de las personas.
La educación socioemocional es identificada como un proceso por el cual los niños, las niñas y los adolescentes trabajan e integran conocimientos, valores, actitudes y habilidades que les permiten darse cuenta de cuáles son sus propias emociones y cómo manejarlas, además de comprender las emociones de los demás y respetarlas; también les permite conocerse a sí mismos y autorregular sus ideas y acciones, mostrar empatía y colaboración para con los demás, así como el hecho de tomar decisiones responsables en el manejo de situaciones sencillas y/o retadoras.
Es fundamental que los docentes incluyamos y le demos merecida importancia a esta área de conocimiento durante el trayecto formativo de nuestros estudiantes, en cualquier nivel educativo, en sus diferentes momentos de enseñanza y aprendizaje y considerando las distintas dimensiones: autoconocimiento, autorregulación, autonomía, empatía y colaboración.
Mtra. Krystal Yesbeth Ramos Rivas
Docente de educación preescolar y
catedrática en la Escuela Normal Pablo Livas
Secretaría de Educación Pública [SEP]. 2017. Aprendizajes Clave para la Educación Integral. Preescolar. Plan y programas de estudio, orientaciones didácticas y sugerencias de evaluación. México: Compañía Editorial Ultra, S.A. de C.V.